Einar Goyo Ponte
Ya en vísperas de su concierto en el Teatro Teresa Carreño, en un extraordinario esfuerzo de Producciones Piazza-Oscher, el próximo mes de febrero, comentaremos hoy aquí el más reciente disco de recital del tenor peruano Juan Diego Flórez, su Bel canto Spectacular, del sello inglés DECCA, y donde acomete, con la gallardía e insolencia que lo caracterizan, un interesante repertorio contentivo de arias y dúos de Rossini, Bellini y Donizetti, compositores en los cuales definitivamente se ha especializado.
De aquel tenor juvenil que grabara su Rossini arias, en el despuntar de una carrera que ya se perfilaba como el acrobático exhumador de óperas consideradas incantables y el estilista del fin de siglo, pasamos al tímido tentador de arias bellinianas y donizettianas, o sea el lado más romántico y contemporáneo del bel canto italiano, en un muy elegante, pero aún incipiente, Una furtiva lagrima. De allí un salto cuántico: con el Cd Arias for Rubini, que comentaramos aquí en enero, recuperando un estilo de canto que parecía desaparecido, y ahora esta confirmación de que el excelso rossiniano ya está listo para asumir los roles más dramáticos y elegíacos de los héroes líricos belcantistas, previos a la fortaleza verdiana.
Este Bel Canto Spectacular, con el apoyo de la Orquesta de la Comunidad Valenciana, dirigida por el irregular Daniel Oren, aquí muy cómplice sin embargo, comienza con uno de los actuales hits del tenor peruano en los grandes teatros del orbe: el aria de los nueve “dos”, de La figlia del reggimento, de Donizetti, pero ahora en su versión italiana. En cualquier idioma es un placer oír la fresquísima solvencia con que Flórez aborda este terrible fragmento, la combinación de agudos “picados”, apenas tocados por su voz y los otros plenos, sostenidos, para cerrar con la corona larga, insolente, feliz en su emisión.
Uno de los ganchos del disco es que alterna arias y dúos con otras estrellas invitadas. El primero es el dúo final de I puritani, de Bellini, ópera a la que ha devuelto una prestancia perdida desde los tiempos de Pavarotti y Kraus, con la rusa Anna Netrebko. Es verdad que nos decepcionamos por desaprovechar la oportunidad de incluir la estrofa “Da quel di que ti mirai”, que Bonynge rescatara de la “Versión Malibrán” de esta ópera, para la histórica grabación con Sutherland y Pavarotti, y que también grabaran Beverly Sills y Nicolai Gedda, pero de que su ejecución es de primera, por la rotundidad del registro agudo y la empeñosidad del fraseo, no cabe duda. No convence demasiado, no obstante, el timbre demasiado oscuro de la Netrebko, para Elvira.
A continuación, en francés, canta el aria de Fernando, en el último acto de La favorite, de Donizetti, “Ange si pur”, con un legato impresionante, que rivaliza con la extremidad de sus notas agudas elegantemente interpoladas; del Elisir d’amore, nos presenta el dúo “Venti scudi”, con el Belcore baritonal de Mariusz Kwiecien, del que hacen una versión antológica, por el escrúpulo hacia la partitura original, la virtuosa agilidad que ambos despliegan y la rica variedad de matices que dan, sobre todo en el canto tenoril. Se ribetea este fragmento con una prestación simplemente perfecta de la celebérrima “Una furtiva lagrima”, con unas elegantísimas variaciones, ya estrenadas por Roberto Alagna en teatro, pero sin la delicadeza y refinamiento con que las hace Flórez.
Desafortunadamente es el componente femenino, el talón de Aquiles del disco, más por inadecuación tímbrica, que por solvencia vocal. Patrizia Ciofi es una grandísima cantante, actualmente dueña de las heroinas donizettianas internacionalmente, pero su voz no es muy fotogénica que digamos: se le siente seca y un poco opaca, sobre todo frente a la mediterraneidad del timbre del tenor, que es una de sus fortalezas, más aún en este registro donde tantos ilustres lo preceden. El hermoso dúo “Da quel dí che t’incontrai”, de la ópera donizettiana Linda di Chamounix, empero está cantado magistralmente. Son efectivamente dos apasionados amantes. Esa misma vehemencia inflama el aria siguiente, de la misma obra, “Se tanto in ira agl’uomini”, de sedosas modulaciones. En el dúo “Di che son reo?”, de Il viaggio a Reims, con la mezzosoprano Daniela Barcellona, lo reescuchamos en la estratosfera rossiniana, aunque ya su solvencia nos haga suponer que las notas no son tan increíbles que como le sonaban a Francisco Araiza en la grabación original, y la cantante desentona en el erizante agudo final.
Dos joyas cierran el disco: la hermosa aria “T’amo qual s’ama un angelo”, de la Lucrezia Borgia, de Donizetti, donde reitera de manera ardorosa todas sus geniales señas de identidad: la tersura y morbidez de la emisión, los juegos de claroscuros, los fraseos elegantes, llenos de inesperados rubati y suspensiones expresivas, que conectan de manera increíble con eso que hasta entonces fue simple testimonio leído en Stendhal y otros cronistas del canto del siglo XIX: el canto elegíaco, de embriagante sensualidad; y el bonus track: el dúo de Rodrigo y Otello “Ah, vieni, nel tuo sangue”, del Otello de Rossini, nada menos que con Plácido Domingo, en una muestra más de su empeño de convertirse en el cantante total. Es una delicia oírlo desafiar las coloraturas de Flórez, con el metal viril de su voz casi intacta. La potencia del agudo final del peruano es una verdadera sacudida.
Un disco verdaderamente espectacular.
Les obsequio un anticipo: "Una furtiva lagrima", con sus variaciones, tomada directamente del disco. Hagan click y disfrútenla.
05 L Elisir dAmore-Una Furtiva Lagrima.wma - Juan Diego Flórez
1 comentario:
Qué patético que la participación en un blog esté secuestrada por el criterio limitado de aprobación del blogger. Señor, es usted muy poco o para nada democrático en lo absoluto. Usted pareciera que escribiera los artículos y reseñas con un diccionario de sinónimos y antónimos en la mano para usar las palabras más rebuscadas y ridículas. Por Dios! A quién rayos se le ocurre denominar la voz como fotogénica! Deja ver que está claro que es un aficionado y principiante muy pobre en concepto y se fusila otros artículos para armar los suyos. Muy triste. Vaya a la escuela antes de propagar sandeces.
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