domingo, 23 de noviembre de 2008

LA Pasión española DE PLACIDO DOMINGO


Einar Goyo Ponte



Como lo escribimos la semana pasada, no es un disco de música clásica, por lo que resulta muy discutible su nominación en tal renglón en los recién celebrados Premios Grammy Latinos 2008, y más aún su obtención como mejor álbum del género, por encima del disco de Dudamel, reseñado aquí, entre otros, porque Pasión española (también del sello alemán Deutsche Grammophon), es una suerte de antología de la copla española, y un homenaje a sus intérpretes más señeros como Imperio Argentina, Miguel de Molina, Conchita Piquer, Antonio Molina y Rocío Jurado entre muchos, en la voz de Plácido Domingo acompañado por la Orquesta de la Comunidad de Madrid, dirigida por Miguel Roa, y la guitarra incidental de José María Gallardo del Rey.


La copla española es un género muy especial. Popular por derecho y nacimiento, cobró su máximo auge en voces que mezclaban el desgarramiento flamenco y folklórico con una expresión grandiosa, casi operística en los suntuosos arreglos orquestales que revestían a muchos de los cantantes citados arriba, pero lo más atractivo de ella -durante mucho tiempo asociada injustamente con el franquismo, cuando la verdad es que muchos de sus intérpretes, como Miguel de Molina, tuvieron que exiliarse a causa de la dictadura-, son sus textos, debidos a Miguel López-Quiroga, Juan Mostazo Morales y Manuel Font de Anta, por hacer una selección, con una elaboración de lenguaje que remite a las fuentes de los clásicos literarios hispánicos sin abandonar jamás su raíz popular. Es allí donde se funda Domingo al señalar que la copla es como una “mini-ópera”, una historia de relumbrante sentido e impacto, que es necesario cantar y actuar al mismo tiempo.


Con su experiencia de ya casi cincuenta años en las tablas, el tenor español logra uno de sus mejores discos populares al contarnos con calurosos y ardidos matices los dramas de la “Falsa moneda”, la celebérrima “La bien pagá”, “El día que nací yo”, cuyo primer verso nos sitúa en la evocación directa del Segismundo de La vida es sueño de Calderón de la Barca, de los penetrantes “Ojos verdes”, que han desvelado los sueños desde Imperio Argentina hasta Martirio, pasando por Montserrat Caballé; y del desdichado destino de “Antonio Vargas Heredia”, inspirado vagamente en la "Historia del Camborio" del Romancero gitano, de García Lorca.


Pero sus cimas las alcanza en el salero con que interpreta el pasodoble “Ay, Maricruz!”, la melancolía viril de “Cariño verdá”, amparado en el arreglo orquestal de altísimas octavas de J.J. Colomer; la hondura del despecho en “¡No me quieras tanto!”, el homenaje a tantos inmigrantes huídos de la bota militar en “Suspiros de España”, con su doliente melodía, y la profundidad del fraseo en “Me embrujaste”, cuyo texto es de los más hermosos ya no de copla sino de canción alguna en castellano, y que Domingo canta incomparablemente, como pueden ustedes apreciar en el gadget que sigue a continuación.




07 Me Embrujaste [You Bewitched Me].wma - Plácido Domingo


Gran mérito ganan los arreglos con esencia de zarzuela morisca y melodrama elegante de Colomer, Emilio Aragón y Gabriel Fernández. Ya señalamos uno de ellos, pero suya es la responsabilidad de la impronta dramática de “Falsa moneda”, “Me embrujaste” y “No me quieras tanto”. El de “Te lo juro yo”, que Domingo canta en un registro muy poco brillante, es un homenaje a la versión pimentosa de Miguel de Molina. Todos están dirigidos con autoridad y conciencia de estilo por Miguel Roa.


Extraordinaria producción discográfica de un Domingo que se niega a envejecer.

También los invitó a visitar la página web del Cd en www.deutschegrammophon.com/domingo-coplas o en http://www.placidodomingo.com/, donde encontrarán más información sobre esta grabación, sus arreglos, autores, intérpretes, etc.

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