Einar Goyo Ponte
Gianni Schicchi es la única ópera cómica de Giacomo Puccini. Corresponde al “Paraíso” de su trilogía de óperas en un acto llamada Il Trittico, y que el músico italiano estrenara en el Metropolitan de Nueva York, en 1918, con estrellas como Claudia Muzio, Geraldine Farrar y Giuseppe De Luca entre los protagonistas de cada título. Puccini quería que las tres óperas representaran un estadio de aquellos imaginados por Dante Alighieri en su Divina Comedia: el Infierno sería el tenebroso Il tabarro, y el Purgatorio, la patética Suor Angelica. Con la cómica y genial Gianni Schicchi salimos a la luz.
Por su brevedad, la eficacia del libreto de Giovacchino Forzano y la música inteligente y de inmediato impacto, sin concesiones fáciles, además, de Puccini, Gianni se ha hecho una ópera de frecuente paso por las tablas, de relativamente fácil reunión del reparto y agradecida para los quince roles que necesita poner en escena. En Caracas se ha montado no menos de 5 veces en veinte años, en diferentes montajes.
Este que vimos el miércoles 1 de abril en el auditorio del Colegio Emil Friedman, es quizás el menos imaginativo de los vistos recientemente. Fucho Pereda, quien firma esta versión, parece haberse agotado en resolver la decoración y el vestuario, que tienen personalidad y dan inequívoco carácter a los personajes, porque luego olvidó preocuparse por darle coherencia, vivacidad y hasta el mínimo de credibilidad a los trucos escénicos que una obra cómica como Schicchi, cuyo centro es la suplantación de un personaje, pide a gritos. La entrada del Mastro Spinellochio parece que los sorprendiera a todos y que se arruinara la tentativa de Schicchi de hacerse pasar por el recién muerto Buoso Donati. La escena cumbre, la del testamento, delante de notario y testigos es igualmente infeliz por la mala resolución de los espacios y la falta de sobriedad de movimiento de la regia. El resultado es una puesta aburrida, que desperdicia el genial personaje coral de los parientes de Donati, pues al dejarlos a su cuenta, estos no hacen más que repetir gestos, estereotipos, absurdos e inconsecuencias distractoras a lo largo de la hora larga que dura la ópera.
Gaspar Colón Moleiro reinó solitariamente en escena como el astuto protagonista. Con el color poderoso de su instrumento baritonal y su prestancia escénica, no obstante su Schicchi se apega demasiado al manual de la tradición vocal del personaje; quiero decir que resuelve el papel, pero de manera bastante impersonal. No tuvo, como hemos dicho, rivales en escena: a la Lauretta de Darcy Monsalve urge olvidarla apenas masacra la preciosa aria “O mio babbino caro”, y Gilberto Bermúdez hace sus mejores esfuerzos como Rinuccio, pero la voz se le va opacando en los apenas quince minutos que tiene de protagonismo y al final de su hermosa aria “Firenze é come un albero fiorito”, bella síntesis narrativa de la ciudad que dio origen al Renacimiento, sus agudos se acercan a la caricatura. Amelia Salazar, Martín Camacho, Adriana Portales, Jerónimo Ramos, Ana María Fernández, Alexander Hudec y Miguel Angel García son la banda de deudos de Donati más desconcertada y de calidad vocal más deficiente que haya escuchado en esta ópera (el trío de Zita, Ciesca y Nella arrullando a Schicchi fue espeluznante). Blas Hernández cumple con sobrada eficacia en su doble rol de Spineloccio/Notario.
Victor Mata dirigió a una desvencijada Orquesta Gran Mariscal de Ayacucho, un poco lenta, aunque cómplice con los cantantes, aprovechando los momentos de solidez vocal para brillar un poco, pero sin verdadera morbidez tímbrica, y eso en Puccini, uno de los compositores más sensualistas de la historia, es pecado que se paga, al menos con el Purgatorio.
Les regalo el "O mio babbino caro", en la voz de una de las mejores puccinianas de la historia: la Signora Renata Tebaldi. Haz click debajo.
01 Gianni Schicchi, opera- O mio babbino caro.wma - Renata Tebaldi
2 comentarios:
Hola Einar. Leí tu crítica después de escuchar un comentario de una amiga que estaba bastante irritada por los comentarios allí emitidos. Tuve la oportunidad de escuchar el ensayo general de Gianni Schicchi y quedé bastante contento con lo que escuché. Obviamente que había cosas que mejorar. Pienso que hacer ópera con calidad internacional en este país es casi imposible por innumerables razones. Le comenté a un compañero después del ensayo general que hacer ópera en Venezuela es un acto de fé. Pero eso no debe ser razón suficiente para intentarlo. Hay que comenzar por algún lugar.
Mi comentario no busca de ninguna manera discutir si tu crítica tiene razón o no. Lo que si creo imprescindible es que la crítica incluya un estímulo porque sino se convierte más bien en un ataque sin piedad. Sobre todo con la ópera. En este ámbito hay demasiadas circustancias extra-musicales que lamentablemente pueden empañar el resultado final, además de la tradición que no tenemos y que no se compra ni con petro-dólares.
Pienso que como crítico puedes ganar ascendencia sobre todo si lo haces de manera positiva e inteligente. Eso sí es difícil. Saludos
En busqueda de algun articulo que me dejara buenas imagenes de esta opera breve, me encuentro con esta critica en la cual tengo el gusto de aportar mis conocimientos musicales y aunque aperazca anonimo (por trabajo) espero pueda aportar en pro del arte y no destructivamente... Asisti a ambas funciones para poder basar mis criticas con respecto a la obra. La funcion ofrecida por el maestro Victor Mata dejo mucho que desear, notandose un desbalance en la orquesta y una falta de control sobre los cantantes en su interpretacion, apesar de que los cantantes puedan tener libertades para interpretar, existen parametros bien definidos sobre cada estilo y epoca. En la 2da funcion se sientio mucho la amplia experienia y sapiencia del maestro Alfredo Rugeles, resaltando el hecho de "El Renacer de las Artes" dejandonos escuhar la misma obra que tuvo estreno hace mucho tiempo pero con influencias de años de haber sido escuchada y mejorada en sus mejores interpretaciones. Le dio oportunidad a la orquesta de resaltar en sus pasajes importantes( inclusive con suaves respiraciones, que en lo musical,tienen una amplia importancia tanto como el sonido. Los cantantes demostraron la significativo de lo que antes mencionaba, el estilo de la epoca, dejandose guiar por la batuta del maestro Rugeles. Ahora si hacemos un anilisis socio cultural, politico y religioso, podemos observar que dentro de esta sociedad que apenas esta reconociendo el talento joven en lo artistico, sin idea de las necesidades que trae el realizar opera en tiempos duros, y muchas otras razones que de tener un poco de critica cultural veriamos un esfuerzo sobre humano para producir opera, un elenco con ganas de darse a conocer en su pais, con un genero que no es mix de canciones, a una orquesta mancillada por una injusta propaganda de otro evento al cual no tendria vida sin esa mala publicidad; en fin, hay esperanzas para la gente que aprecia la opera, para los musicos que luchan contra todo por un rato de sano esparcimiento y sin duda alguna encontraremos en estos jovenes talentos unas proximas versiones de muy buena factura y sin mucho que envidiar a las versiones antiguas... atentamente NJAB
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