domingo, 24 de mayo de 2009

VERSIONES DE LOS BEATLES




Einar Goyo Ponte


¿Quién puede refutar que Los Beatles son un clásico? ¿Que su música, la cual aún no cumple medio siglo, forma parte de lo mejor de nuestra cultura y de ese caos inmenso, grandioso y miserable que llamamos siglo XX, y que casi todo lo rescatable de nuestra música contemporánea, la designemos como pop, rock, soul, o fusiones, tiene su origen en el genio de estos cuatro chicos y sus productores? ¿No es eso acaso lo que valoramos en Beethoven, Mozart o Verdi? ¿Que perduran y son sensibles en lo que los sucede?



Es difícil pensar en una debacle que borre a Los Beatles de nuestra memoria. Mucho habría de ser arrasado. Sólo quedan vivos dos de sus históricos miembros, y esa mitad basta para sostener el mito. Lo demás está en ese genio de la misma estirpe mozartiana, que hace parecer fácil y sencillo lo más complejo. Y cómo si no fuera suficiente a Los Beatles se les versiona y reversiona. Su formato, sus voces, sus gestos, sus íconos se reiteran infinitamente por todo el planeta.


Y en Venezuela también. Hay más de un grupo que juega y hace renta de su memoria, pero a ninguno se le había ocurrido montar un espectáculo fusionando las recreaciones de su banda con el sonido de una orquesta sinfónica, elemento que habita en muchas de las piezas del grupo original, desde la idea de la muralla de sonido de Phil Spector, y la cual, George Martin, Brian Epstein y sus colegas productores promovieran en sus grabaciones, hasta las fusiones geniales de Revolver (1966), Sgt. Pepper, Magical Mystery Tour (ambos de 1967), Abbey Road (1969) y Let it be (1970).



Así atestiguamos el concierto de este sábado 18 de abril, en el Aula Magna de la UCV, protagonizado por el grupo The Beat3 y la Orquesta Sinfónica Juvenil de Chacao, dirigida por Elisa Vegas, sobre los arreglos convencionales pero efectivos y registradores además de la historia prospectiva del grupo de Liverpool, de Raul Noriega, pues en varios casos mezcla las versiones originales con las más modernas de sus propios creadores o sus célebres intérpretes, como en la hermosa "The Long and winding road" (1970, y que puede escucharse al final de este párrafo en el gadget incorporado),el cual se apoya en la visión masiva del propio de Mc Cartney, quien ya prefiguraba a sus futuros Wings, o en "With a little help from my friends" (1967), basada en la histórica versión de Joe Cocker, o la conmovedora "While my guitar gently weeps" (1968), más cercana a la grandeza que Eric Clapton y amigos hicieron a la muerte de George Harrison.





Es un verdadero infortunio que el sonido, firmado por Fernando Peñalver, fuese tan deficiente: Los Beat3, que son excelentes músicos e instrumentistas, como demostraron en sus solos de guitarra y teclados en Day Tripper (1965), While my guitar…y With a little help…, son menos agraciados como vocalistas (el toque de Lennon que tiene Zarik Medina tiene adherido un Fito Páez demasiado marcado, y Kintero, quien se atreve con algunas de las canciones más difíciles, le inyecta una inflexión demasiado Aerosmith o Guns and Roses, que las hace impropiamente ácidas) y el sonido los redujo al nivel de un vulgar karaoke. La orquesta, animosamente dirigida por Vegas, tuvo grandes momentos en "Eleanor Rigby", en las concitaciones casi bachianas del Revolver, del 66, "Michelle", que exprimía el ingenioso sonido pop de Mc Cartney, tan temprano como 1965 y en el ya comentado "The long and winding…", pero arropaban a los cantantes, y secciones enteras de instrumentos desaparecían largamente. Nuestros ¡bravi!, para el laberíntico e histórico solo de trompeta barroca de Gamalier Espinoza en "Penny Lane" (1967), y por la atmósfera lograda por el arreglo orquestal en "Strawberry Fields forever" (1967), las versiones en español de "You’re going lose that girl" (1965) y "I saw her standing there" (1963), y en ese alarde de simplicidad genial que es "Hey Jude" (1968), canción casi imposible de arruinar, aunque el sonido sea fatal y nos pongan a todo el público a cantar en la sala, como hicimos con los ojos empañados, nostálgicos de una época irrepetible. Por eso lo volvemos a colgar aquí para cerrar esta crónica.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente blog, saluda soprano melancolica fanatica de los Beatles y de Mozart saludamientos!