Primero de tres recuerdos del film de 1973, de Norman Jewison de la ópera rock, gracias a la cual, se convirtió en éxito universal. Carl Anderson es el mejor Judas imaginable: la ductilidad y belleza de la voz, lo desgarrado e irónico de su interpretación, la insolencia de sus notas agudas, su audacia musical. Imbatible!
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