lunes, 16 de febrero de 2009

MENDELSSOHN, EL ROMANTICO CLASICO


Einar Goyo Ponte

El pasado 3 de febrero se celebró el bicentenario del nacimiento del músico alemán Felix Mendelssohn-Bartholdy. Para nosotros, es apenas mucho más que un nombre largo, una efigie familiar que encontramos en programas de conciertos o libros y revistas de música. Más sustancia cobra cuando evocamos sus obras musicales, que aparecen tras despejar el bosque de Bach, Handel, Vivaldi, Mozart, Beethoven, Chopin o Tchaikovsky. Es el autor de cinco sinfonías, de las cuales sólo visitan con regularidad las salas de conciertos, dos de ellas, la , llamada la “Escocesa”, y la ., que es la “Italiana”; pero también lo es de las maravillosas obertura y música incidental del Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare, de un puñado de oberturas, casi poemas sinfónicos, entre los que destaca la llamada Las Hébridas; de dos conciertos para piano, casi no tocados hoy, y de un popularísimo concierto para violín, de una significativa obra para piano, entre la que destacan sus Romanzas sin palabras; de una atractiva música de cámara, cada vez más moderna; dos oratorios sobre figuras bíblicas, Paulus y Elías, y puñados de canciones, piezas corales, un par de óperas, música para órgano, etc.

He aquí la obertura del Sueño, como muestra de la música sinfónica mendelssohniana, con la Filarmónica de Berlín dirigida por Claudio Abbado.


Mendelssohn ; A Midsummer Nights Dream I.Overture(Op.21) - Claudio Abbado, Berliner Philharmoniker

Es pues, una figura que goza de un reconocimiento parcial, en una suerte de habitación aledaña a la de los grandes románticos, pero con fuertes raíces en la posteridad, debida a sus obras orquestales y a algunas de sus obras para piano o de cámara. Este aniversario podría contribuir en mucho a ampliar más el conocimiento de su producción, a través de la cual podemos obtener una objetiva apreciación de la sensibilidad romántica.

Mendelssohn no tuvo que sufrir penurias económicas en su vida, como Mozart, Beethoven o Schubert. Hijo de un banquero judío converso al protestantismo tuvo la mejor de las educaciones y la más selecta de las relaciones. Quizás por ello no conseguimos en su música patetismos ni desgarrones trágicos, pero sí el alma de los ideales de vida de su época. Su abuelo, importante filósofo de su tiempo, fue colaborador de Lessing; Felix fue discípulo de Carl F. Zelter, famoso autor de lieder de su época, suerte de mentor musical de Goethe, a quien le presentó e hizo habitual de su casa, también fue amigo de Alejandro de Humboldt, y durante sus breves 38 años conoció y trató a músicos, intelectuales y artistas como Hummel, Rossini, Cherubini, Meyerbeer, Berlioz, Chopin, Heine, Schlegel, Magnus, Spontini, Bendemann, Liszt, y mucho más. Hasta llegó a recibir una distinción en Inglaterra de manos de la Reina Victoria.

Aquí les inserto uno de mis fragmentos favoritos de toda la vida, el Adagio del Concierto para piano y orquesta No. 2, en re menor, con Murray Perahia, tocando y dirigiendo a la Academy of St. Martin-in-the-Fields.



05 Piano Concerto No. 2 in D minor, Op. 40- Adagio, Molto sostenuto.wma - Murray Perahia/ Academy of St. Martin-in-the-Fields

De este contacto permanente con quienes construyeron el romanticismo del siglo XIX, surge sin duda, un afán literario en sus obras: sobre Shakespeare, que apenas comenzaba a ser redescubierto entonces en Europa, hizo, como ya marcamos, su Sueño de una noche…, cuya obertura contiene un puñado de los sonidos más fantásticos y poéticos de la historia de la música, su scherzo es absolutamente irresistible, su Nocturno rivaliza con los sonetos de Nerval o Keats, y su célebre Marcha Nupcial, sigue siendo poderosa y deslumbrante; pero en sus sinfonías siempre alienta también un perfil paisajístico (Mendelssohn era pintor también, aquí abajo vemos una de sus acuarelas), una vocación narrativa: la melancolía de las brumas de Escocia, el carnaval romano, la vena religiosa en sus sinfonías 2 y 5, sus oberturas, suerte de relatos de viajero, o recreación de sus lecturas como la Ruy Blas, basada en Victor Hugo. Con el texto de los salmos bíblicos compuso extraordinarias piezas vocales. Y hasta el mismo Goethe, Cervantes y Sófocles se asoman en las partituras de su música para el teatro.

Les dejo escuchar uno de los celebrados Salmos mendelssohnianos, el No. 100, con el Coro del Trinity College, de Cambridge, dirigido por Richard Marlowe.


Felix Mendelssohn: Psalm 100 ("Jauchzet dem Herrn, Alle Welt"), for chorus in C major - Choir of Trinity Colege, Cambridge; Richard Marlow conducting


Pero paradójicamente donde esta expresión literaria más destella es en las Romanzas sin palabras, para piano, verdaderos poemas románticos de contemplación, sentimientos, paisajes, estampas campestres, recuerdos y nostalgias. Lo revela el mismo Mendelssohn mejor que nadie: “una palabra no significa la misma cosa para una persona y para otra; sólo la melodía dice lo mismo, suscita el mismo sentimiento en ambos, aunque el sentimiento pueda no ser expresado en las mismas palabras”.

Colgamos la Canción sin palabras Op. 102, No. 1., también llamada "Sin hogar", con Christoph Eschenbach al piano.



Mendelssohn ; Songs Without Words No.43 in e minor (Op.102/1) Homeless - Andante un poco agitato - Christoph Eschenbach(p) March & April 1975, Berlin

En el arcón de la música de cámara, gracias a la bruma que otros maestros han arrojado involuntariamente sobre sus tríos, cuartetos, sextetos y octetos, ocurre un fenómeno infrecuente con otros compositores: cada vez que escuchamos una obra nueva de este apartado de su colección hacemos hallazgos invalorables. Me ocurre así con los Tríos Op. 49 y 66; el Cuarteto en mi bemol mayor, Op. 12, de absoluta madurez, y el más juvenil (de sus trece años) en do menor, Op.1., para piano y trío de cuerdas.

Aquí les colgamos el adagio del Cuarteto con piano en do menor, con el Cuarteto Domus, y el trepidante Presto final del Octeto en mi bemol Op. 20, con la Academy of St. Martin-in-the-Fields.


Mendelssohn ; Piano Quartet No.1 in c minor (Op.1) Mvt.II-Adagio. - Domus Quartet


Mendelssohn ; String Octet in Eb Major (Op.20) Mvt.IV-Presto - The Academy of St.Martin-in-the-fields Chamber Ensemble

Con vistas a la modernidad, Mendelssohn podría ser calificado como uno de los primeros “filólogos” musicales. Se dio en su tiempo a rescatar, reinterpretar y editar las partituras, despojadas de las incorrecciones y agregados de épocas posteriores, de Bach y Haendel. Al frente de la orquesta Gewandhaus de Leipzig, inauguró algo que hoy la médula de nuestros modernos conciertos. Los llamaba “conciertos históricos” y “conciertos de abono”. En ellos el programa seguía un orden a veces monográfico, casi siempre cuando estrenaba obras de sus contemporáneos, Berlioz, entre ellos, o cuando rescataba las obras de sus autores barrocos predilectos, o de unidad de estilo, cuando las obras procedían de diferentes autores, pero de una misma época o escuela estética. En uno de ellos Mendelssohn dirigió la primera audición en más de un siglo de la Pasión según San Mateo, de Johann Sebastián Bach. La audición de los grandes Oratorios y Pasiones de estos autores hoy se debe en buena medida a su trabajo en compañía de su maestro Zelter.

Esta tarea de rescate y de inmersión en la música de los antiguos maestros alemanes influyó profundamente en su obra. También en ello seguía un signo romántico de su época: la recuperación y casi invención de un pasado cultural, en el cual los pueblos por vía de sus diferencias e idiosincrasia encontrarían su identidad. A Mendelssohn le dio la solidez de la forma, por lo cual, la estructura de su obra obedece sin tacha a los cánones clásicos. He aquí que se nos aparece, no muy inesperadamente, por cierto, como un espíritu afín (una afinidad electiva, como el poeta diría) con su admirado Goethe: el corazón de un romántico cultivado por una mente clásica.

Cerramos esta antología-memoria de Felix Mendelssohn con una de sus canciones más famosas, "Auf flugeln des Gesanges" (En alas de la canción), que rememora mis días de estudiante de canto. Aquí la celebro con Kiri Te Kanawa.


On the wings of songs (Op.34 No.2) - Kiri Te Kanawa(sop) - Mendelssohn

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